lunes, 24 de octubre de 2011

Nuestro eterno colocón.

Aquel día, mientras ella se estiraba revoltosa entre las sábanas de invierno de Ikea, me dí cuenta de todo lo que la odio. La odio por tocarme con sus manos heladas por debajo de la manta en el sofá, y porque siempre me deja escoger película para luego criticarla. La odio por como se le arruga la nariz cuando piensa, y por como recupera lo compostura con la mirada de cualquier extraño. La odio por arrinconarme en sus Domingos como si fueran Sábados, y en cualquier día de la semana como si fuera primavera. Por hacerme reír como a cuando era un niño, por hacerme sentir estúpido, como.. como siempre, porque también la odio por recordármelo.
Por atarme a su cintura con las gomas de mi muñeca, por aquello de su pelo jugando en mi cara. Por ponerme de los nervios, por rechazarme, por apoyarme, por no dejar que me confíe nunca. Por no dejar que me conforme.
La odio por hacerme tan jodidamente feliz.

4 comentarios:

Marlene dijo...

te podría decir una frase que me encanta del texto pero por otra parte no puedo, porque me encanta todo
me gustaría que alguien me viera de esa forma, tal y como tú la ves :) odiarme pero por la felicidad que produzco en ellos, bueno, para que voy a seguir escribiendo, si es perfecto (el texto).

Marlene dijo...

te podría decir una frase que me encanta del texto pero por otra parte no puedo, porque me encanta todo
me gustaría que alguien me viera de esa forma, tal y como tú la ves :) odiarme pero por la felicidad que produzco en ellos, bueno, para que voy a seguir escribiendo, si es perfecto (el texto).

Lu.- dijo...

PRECIOSO & PERFECTO!
Cada detalle de ella te hace sentirte feliz y completo, ahora diselo y la haras feliz a ella :)

Besos*

Ana dijo...

¡Hola! No sé si te lo habrán dicho ya, pero tienes escribes muy bien.
Este texto es muy bonito y tierno y me quedo con la última frase.
Un enorme saludo. Te sigo