domingo, 8 de junio de 2014

Puede

En el medio de la nada,
entre el susurro de tu pelo en otros cuerpos
y las ganas de abrazarte por la espalda,
entre mil paisajes donde retratarnos
y mil momentos que vivir juntos.

Y tienes razón:
puede que no sea yo,
pero siempre serás tú.

martes, 20 de mayo de 2014

Náufrago

Conseguí salir vivo de aquel naufragio,
achicando agua con los restos de lo que quedaba de nosotros,
calentándome las manos con el recuerdo
de tus pantalones arrugados en el suelo de la habitación.

Me hice una barca con las canciones que solíamos escuchar,
y un abrigo con todo lo que queríamos llegar a ser.

Sufrí de hipotermia al segundo mes,
cuando ya no conseguían calentarme ni los recuerdos
ni el remedio casero de pensar que volverías.

Me quemé con el sol de la desidia,
de los bares y los aparcamientos,
de la hierba
y el deseo de tu cara en cada cuerpo,
de tu risa en cada conversación,
de tu coleta en cada nuca,
de tu blusa en cada espalda,
de tu boca en cada beso.

Me tiré del quinto párrafo cuando llegué a la orilla,
en la arena de lo inflexible,
muriendo de sed por tu desánimo
con 'nunca' que sigue matándome de hambre.

martes, 6 de mayo de 2014

Definiciones

Hay chicas:

que huelen a zumo de naranja y a tostadas
y saben a sol y a pintalabios
que recuerdan a noches que aún no han llegado
a besos en la mejilla
a espaldas quemadas por el sol
a tiendas de campaña.

Otras que dan para pensar que está pasando
para asquear los sentimientos repetidos
concienciarse de lo mucho que queda por vivir
chicas para el esfuerzo por el esfuerzo,
de las que saben cerveza fría
a frutos secos
y huelen a primavera.

Hay otras que son puro invierno,
y te escarchan el corazón,
son las que se maquillan con excusas
las que salen de fiesta con reproches
con las que saborear fresas
y frutos del bosque
y bebidas de alta graduación,
mujeres con las que vale más cenar 
que desayunar.

Y luego estás tu,
que hueles a deseo en su más alta manifestación
que sabes a tabaco y a menta,
con tu cara de futuro
destrozando cada inepta percepción de las demás
haciéndolas parecer ridículas.

domingo, 27 de abril de 2014

Puede que con el tiempo vaya entendiendo
que el amor también es esto.
Es estar siempre con el corazón abierto,
perder el rumbo en cada decisión
valorar las pequeñas cosas
pegar patadas al pasado
conformarse con las sobras.

Es recordar cómo se pelean tus pestañas
y tus pantalones del pijama
tus parpados cerrándose en el desierto del sofá
las noches de pelea
los cigarros a deshoras
los autobuses
las prisas para verte otra vez
tu impuntualidad (y echarla de menos)
las excusas
los reproches.

Comprender que quererte también es recordar todo esto
y que me escuezan los errores
que seas más guapa cada día
y menos humana
que cada vez tu estés más lejos
y yo más cerca
de aquello que algún día pareció que podía ser
y que por unas o por otras nunca conseguimos.

Que quererte también es esperar que vuelvas

hasta que duela.

miércoles, 2 de abril de 2014

vivir

Que las cosas se van es un hecho
La primavera pide paso al invierno pero este se resiste a irse del todo.
Las maletas en la puerta parecen plomo en los párpados y en las noches travesías, túneles, sueños rotos en mitad de una noche que no acaba con el día.
Destroza el alma ver lo rápido que se llena de polvo la superficie de las historias que quedan atrás, vértigo el ánimo de limpiar con las manos llenas de desastre, cuando lo fácil es destrozar lo bonito que aún quedaba de un mundo hecho para dos.

Dejarse ir con el único pluscuamperfecto de la soledad de humo. De los lunes al sol. De las toallas secas y los huecos en la cama.

Dejarse ir por caminos que se retuercen, con el único objetivo de reanimar un corazón que se agota de latir.

Todo eso es vivir.


sábado, 29 de marzo de 2014

Quería llamaros

Hoy quería llamaros,
para decir que al fin os entiendo, 
que hoy soy un poco más vosotras que yo,
entendiendo,
que aunque a duras penas conseguisteis ser razón en la inconsciencia,
y yo,
que tantas veces dije no a mi cabeza, y predominó lo demas
por fin conseguí verme por dentro.

Entiendo aquello de las despedidas,
y el fatídico instante
en que lo sufiente deja de ser necesario, para pasar lo necesario,
con inmensa rectitud,
a ser más que suficiente.

Me dió por comprender que tampoco yo fui sufiente,
y aunque a veces me creí el mejor,
ahora estoy mejor callado,
que sin mi todo parece más fácil
sin necesidad de pensar en aquello de que lo raro cuando todo va bien,
y la vida sonrie (en un instance de verano permanente),
es que venga el cartero de los problemas,
con su puto inoportunismo puntual a la cita del ánimo quebrado,
de los bolsillos llenos de dudas,
de las fotos en blanco y negro desgarradas por el inevitable paso del tiempo,
a cumplir su cupo semanal de te quieros de porcelana.

Quería llamaros por que por fin ganasteis nuestro duelo,
y pude dejar de lado que me asusta la juventud de la mortalidad,
la pubertad de la libertad,
el amor adulto,
las maduras prioridades,
los desgastados folios en blanco de la vida,
y
pude dejar de lado que no soy nada sin el remite,
sin el cuarto de mitad que me basta,
sin las paredes salpicadas de necesidad sentimental,
sin todos los recuerdos que me torturan en ocasiones.

Quería llamaros por las deudas,
y las cicatrices mal curadas.

Quería llamaros porque os necesito...

y me alegro (no por mi) de que ya no queráis contestarme.