Llegar a casa y que se esté escondiendo hasta la luna. Sentarte en la cama sin sentir ninguna parte de tu cuerpo, sin que tus pies estén tocando el suelo. Dormir hasta que te duela la cabeza de soñar.
Vomitar nuestros defectos a las tantas de la mañana en cualquier esquina, mientras reímos y nos quedamos sin aire entre arcadas de felicidad. Bebernos a pares nuestra vida en las tabernas, discutir sobre cosas tan superficiales que nos eviten pensar, que nos aíslen de la mierda rutinaria y su cansancio neuronal.
Que entre "¿te acuerdas?" y silencios pasemos alguna que otra tarde, una de esas en las que el frío parece más frío, y el te quiero más bonito. Días en los que crees en las perdices del final de los finales con puntos suspensivos y con millones de líneas por escribir.
Y que en alguna de esas tardes consiga que sonrías tanto que te duelan los mofletes, que te duela la cara más aún de ser tan guapa.
Que me quieras.
Que sea suficiente.
3 comentarios:
Más que suficiente. Un beso.
Suficiente. Me ha encantado, de verdad, he sonreído :)
¡MARAVILLOSO! Tus textos siempre son tremendamente buenos :) y que sea muchisimo mas que suficiente..
Besos
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