domingo, 12 de febrero de 2012

Arder.

Se incendian las ciudades de rencores, de las viejas esperanzas, de antiguos sentimientos de libertad, aparentemente superados. Pese a que los antiguos estandartes de revolución murieron con la tranquilidad del deber cumplido, el bucle infinito de la historia se repite, el sistema se desborda y el poder ciega y ensalza valores vomitivos en todos los aspectos de la calle. La educación se vuelve competitiva y desinteresada, las relaciones humanas se vuelves frías y distantes, un puñado de billetes se vuelven más importantes que la vida de cualquier persona, vale más quien más fácil es de corromper, se teclean los sentimientos y ya no existen "te quieros" de papel.
Los cantantes sigues cantando igual de alto, pero los jóvenes cada vez tenemos los oídos menos agudos, seguimos el ruido del tumulto, de la moda, del capitalismo.. fácil de llevar, cómodo, inhumano. En un esfuerzo por la alternancia y la "revolución" apoyan causas perdidas sin entender su significado, por la picaresca de que aprovechando la ocasión, lo diferente y atrevido se pone de moda. La prensa, la información, todo es un entramado susceptible de sospecha. Creemos que nos engañan porque nosotros lo hacemos cuando tenemos la más mínima ocasión.
Y a la hora de la verdad solo existen dos opciones, dos partidos, dos equipos, dos respuestas, dos votos, dos opiniones, dos posturas, dos canales, dos sílabas..
Cero oportunidades.

1 comentario:

Marlene dijo...

Por supuestísimo que sí. Mejor ser eso que no cualquier otra cosa, vete tu a saber! En cuanto a tu texto, me dejas boquiabierta, como siempre. Además creo que se adapta bastante y describe muy (demasiado) bien la situación actual del país, aunque siempre con un toque sentimental, por eso es perfecto. (Lo de los ''te quiero'' de papel me ha encantado). En cuanto al final, te tengo que dar toda la razón del mundo, siempre son dos. Empiezo a hartarme de ese p*** número. Genial, sigue así :)