Como cuando te paras a pensar en cómo será observarla caminar desde cualquier ventana, sin saberte de memoria su próximo paso. Que hay veces que incluso me enfado cuando la imagino retocarse las alas en el espejo antes de salir de casa, con todo el egoísmo de quien sale a volar solo.
Desearía saber que esconde en ese sitio de su mente donde ni siquiera ella suele pararse a revisar, ese que se llena de humo y de polvo cuando hay que hacer hueco a una tarde más.
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