Era frío, y era más que hacía, ya que la escarcha de entre las hojas reflejaba la luz de aquella luna de enero.
Tenía los dientes sucios de morder tanto la lona, las manos vacías de sentimientos, los guantes llenos de recuerdos y el corazón, envejecido a pesar de que prometio que sería lo último que en el se llenase de telarañas.
Juró enamorarse de los mugrientos vasos de whisky aunque fuera martes, juró rezar aunque no fuera domingo, aunque no creyera en Dios. Juró curarse las heridas aunque ya no le doliese, aunque ya no le importara llenar las sabanas de sangre... y traicionó todo lo que conocía por romper estas promesas.
Se llenó la mochila de trastos inutiles, de sus viejos juguetes, de sus locuras adolescentes y su mal humor mañanero. Incluyó los comics de ceniza en un portal, los libros de besos en la mejilla, la sinceridad, bien abajo para tener que sacar todo antes de encontrarla y huyó todo lo lejos que el imán que le ataba a ella le permitió.
Mi otro cuerpo, mi otra piel, mi equilibrio, mi equipaje...
3 comentarios:
anda va! pa que no te quejes!
que es eso de andar enamorandose de vasos de whiski? no me seas bohemio-borracho
quita lo de confirmar con una palabra cuando te comentan xq es una chapa, asi no te vuelvo a comentar!
y pon enlaces!!!
y tu foto no se ve!
pero progresas adecuandamente
:)
Mi otro cuerpo, mi otra piel, mi equilibrio, mi equipaje...
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:)
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