Latía. De verdad que latía con todas sus fuerzas, incluso había momentos en los que parecía que se le iba a salir del pecho, como cuando estalla una pompa de jabón en medio de la nada. Latía con la oclusión de un pasado gastado pero dulce, con varias notas de decepción al termino del quinto latido empezando por la izquierda, ahí donde parece bombear más sangre al cerebro que a los labios. En la contracción de su ventrículo derecho, como un aterrizaje de emergencia, como los miedos cuando se te despegan los pies del suelo, con tirar de la anilla del paracaídas en el hospital. Y dos lagrimas con cada sístole y diástole, con cada perdóname esta vez, con todos y cada uno de los reproches en la almohada.
Y un despierta.
Un ya no te quiero como antes.
... Doctor, lo hemos perdido.
3 comentarios:
Que bonito texto, yo creo que todos los finales de vida de un corazón tienen que ser parecidos ;)
Gracias por pasarte!
Precioso texto, no sé que comentar la verdad, solo que es increible.
Me dejas sin palabras, este texto ha sido maravilloso, pero no, espero que no este todo perdido...
Como siempre esplendido :)
Besos
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