Y arroparía a muchas parecidas,
Y quemaría nuestras despedidas,
Arrasaría con las deudas que dejaba,
Con fracasos y mentiras consentidas,
Con su olor en cada esquina, en cada herida
Con la huella que dejo sobre mi vida.
Y antes de volverse a enamorar, creyó
Antes de que todo fuera igual, consintió
Al conocer todo la verdad, aguardó por un momento
Y cuando el destino, depravado, insistió
Supo por fin que era su ultimo intento.
Porque vale más curar las heridas con palabras, que con lagrimas.
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