lunes, 17 de mayo de 2010
La dictadura de la primavera
El sol se asoma por detrás de la cortina. Hacía tiempo que no venía por aquí, quizás son los días en que no le quiero ver, o simplemente se siente angustiado porque esos días son demasiados a fin de cuentas.
Y sin permiso se acercó y me susurró tu nombre, tanto tiempo intentando ocultarlo bajo esta densa capa de nubes, y cada gota que lo había enterrado se esfumó en evaporizaciones efímeras e instantaneas, una a una, cada letra de tu nombre se dejó ver.
Y no, no me lo tengáis en cuenta, intento excusarme por acordarme de ti demasiado, pero esa es mi condena, y las condenas son buenas ¿no?, dicen que son el pago por algo que no debiste hacer, y aunque quizás eso aún no haya llegado mi condena sí y el primer paso es asumirlo. Y mientras tanto, el sol ya me abrasa los labios resecos, y no queda nada frío en la nevera del pasado para calmar el calentón de la primavera que nos deja.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
aleluyaaa!! ya pense que no existia! dale un poco de vidilla anda!!
:)
Publicar un comentario