
El sol se asoma por detrás de la cortina. Hacía tiempo que no venía por aquí, quizás son los días en que no le quiero ver, o simplemente se siente angustiado porque esos días son demasiados a fin de cuentas.
Y sin permiso se acercó y me susurró tu nombre, tanto tiempo intentando ocultarlo bajo esta densa capa de nubes, y cada gota que lo había enterrado se esfumó en evaporizaciones efímeras e instantaneas, una a una, cada letra de tu nombre se dejó ver.
Y no, no me lo tengáis en cuenta, intento excusarme por acordarme de ti demasiado, pero esa es mi condena, y las condenas son buenas ¿no?, dicen que son el pago por algo que no debiste hacer, y aunque quizás eso aún no haya llegado mi condena sí y el primer paso es asumirlo. Y mientras tanto, el sol ya me abrasa los labios resecos, y no queda nada frío en la nevera del pasado para calmar el calentón de la primavera que nos deja.
1 comentario:
aleluyaaa!! ya pense que no existia! dale un poco de vidilla anda!!
:)
Publicar un comentario