jueves, 20 de mayo de 2010

La busqueda.




Intenté buscar un nombre, un verbo, un sustantivo, una palabra de aliento. Busque debajo de la cama, entre el polvo que ya formaba cordilleras entre los calcetines usados, busqué entre la ropa vieja que tenía acumulada en el armario cahoba. Busqué en toboganes mientras juagaban los niños, a la salida de estaciones de tren. Busqué en los bolsillos vacíos, en los parques al atardecer... busqué hasta estar agotado, y llovío. Agotado me arrastré bajo la lluvia, y entre todos aquellos millones de gotas, una, solo una me sonrío, y comprendí que lo único que quería tener cerca eras tú, porque solo contigo encuentro lo que andaba buscando.







Que dura mucho más la
primavera
al borde de tu espalda.

lunes, 17 de mayo de 2010

La dictadura de la primavera







El sol se asoma por detrás de la cortina. Hacía tiempo que no venía por aquí, quizás son los días en que no le quiero ver, o simplemente se siente angustiado porque esos días son demasiados a fin de cuentas.
Y sin permiso se acercó y me susurró tu nombre, tanto tiempo intentando ocultarlo bajo esta densa capa de nubes, y cada gota que lo había enterrado se esfumó en evaporizaciones efímeras e instantaneas, una a una, cada letra de tu nombre se dejó ver.







Y no, no me lo tengáis en cuenta, intento excusarme por acordarme de ti demasiado, pero esa es mi condena, y las condenas son buenas ¿no?, dicen que son el pago por algo que no debiste hacer, y aunque quizás eso aún no haya llegado mi condena sí y el primer paso es asumirlo. Y mientras tanto, el sol ya me abrasa los labios resecos, y no queda nada frío en la nevera del pasado para calmar el calentón de la primavera que nos deja.